A FAVOR: Nada de nada.
EN CONTRA: Son unas cuantas contraindicaciones para esta opción. Como que a lo largo del año se te crearán unas algas que pueden afectar al mortero que sujeta el revestimiento de la piscina, que tendrás que limpiar con desincrustante toda la piscina con un coste de 60€ aproximados, que al limpiarla las juntas del gres se reducirán y se podrían empezar a caer piezas de gresite, que te tocará volver a llenar la piscina de agua (con un coste aproximado de entre 300 y 500 €)… En definitiva: caro y molesto, ya que limpiar con productos desincrustantes con la mascarilla puesta (recuerda que son nocivos para la salud) con el sol de verano cayendo sobre tu cabeza no es nada agradable.
Se trata de una buena opción si querés pegarte un chapuzón en pleno diciembre, enero, febrero… Solo de leerlo me está entrando el frío.
A FAVOR: Tendrías la piscina perfecta todo el año. (¿Realmente la necesitas?)
EN CONTRA: Alto gasto de productos químicos para mantener la piscina (multiplica lo que sueles gastar en verano por 3, y es lo que vendrás a gastarte hasta el próximo verano) y, encima, te toca trabajar en la piscina y estar pendiente todo el año.
Hibernar la piscina
¿Sabíais que las piscinas también pueden hibernar? Sí, gracias a un producto químico que puede costar sobre 100€.
A FAVOR: Con un reducido coste y siempre y cuando la temperatura del agua sea de 15 grados como máximo puedes aumentar la acidez del agua. Así no se crearán algas o cualquier tipo de microorganismo.
EN CONTRA: Este producto dura en el agua aproximadamente 6 meses. Durante ese tiempo no se puede bañar nadie. A los seis meses ya se puede volver a utilizar el mismo agua. Aconsejamos cubrir la piscina con una lona para que no entre suciedad al agua y así pasar menos el limpiafondos.
Ya tenés toda la información. Ahora te toca decidir a vos.